Estamos rodeados de productos industriales, las
ciudades son los lugares donde se concentran todo tipo de bienes y donde la
mayor parte de la población se congrega. Hasta hace unas décadas, los grandes
productores industriales eran los países desarrollados; en la actualidad, las
industrias crecen en distintas partes del mundo y les pertenecen a países de
menor desarrollado también. Existe una constante lucha por permanecer en el
mercado mundial y esto crea un ámbito de capitalismo salvaje que nos perjudica
como humanos; el capitalismo es como una toxina que contamina la sociedad. El
capitalismo esta de la mano con las políticas de estados corruptos,
proteccionistas o liberales que presionan a sus países vecinos y “aprietan” a
las industrias nacionales como comerciales para saciar una sed por lo material
y lo descartable.
Avanzamos
en el mundo material con la ayuda de la tecnología. Ésta herramienta nos da
poder pero también nos perjudica. Está en nuestra naturaleza, ser competitivos,
y la tecnología es una manera de manifestar esta necesidad de mostrar
superioridad. Armas letales surgen de estas luchas constantes, un gran ejemplo,
fueron las bombas nucleares, que surgieron en un mundo bipolar; prometieron
progreso e iluminación científica pero terminó siendo un arrastre que nos
deterioró como personas. Nuestra moral y nuestra ética ya decaían desde antes
del comienzo del nuevo siglo. Un ejemplo de la actualidad, es el desarrollo de
la manipulación genética de semillas como la de soja y maíz. Estos cultivos son
de gran importancia no solo para alimentación, sino para el desarrollo de
biocombustibles que tienen un futuro prometedor en el reemplazo de los
hidrocarburos cuando éstos sean demasiado difíciles de extraer.
La
tecnología es un ingrediente principal en la globalización. Este es un fenómeno
maravilloso que demuestra la capacidad de avanzar que posee la raza humana y de
conectarse a través de los medios de comunicación. Día tras día, año tras año
vamos reformando y erosionando la corteza terrestre para satisfacer nuestras
necesidades y nuestras preferencias. Este avance acelerado trae consigo
devastadores efectos, tal como la contaminación, la deforestación, la extinción
de fauna y flora, cambios climáticos extremos, el cambio de biomas, entre
otros. Estos cambios a su vez cambian la composición de nuestra atmosfera y nos
fuerza a cambiar drásticamente nuestra forma de vida. Así surgen las nuevas
formas de agricultura y ganadería, por ejemplo, donde se está viendo un
resurgimiento de lo “verde” de lo “natural” o lo orgánico, donde las personas
se detienen cada vez más para ver la liberación de gases malignos, como el
dióxido de carbono, en la producción de estos bienes. Estos cambios
contemporáneos están dando lugar a un futuro brillante con oportunidades de
cambiar todas las formas de vida.
Nos
dicen reiteradamente que si seguimos explotando la madre tierra, vamos a
afectarla de una manera critica e irreversible que incluso terminaría por
extinguir la raza humana. En mi opinión, esta extenuante explotación es una
metamorfosis necesaria. Somos capaces de seguir avanzando con la robótica, la
biotecnología o la nanotecnología lo suficiente para contrarrestar aquellos
impactos negativos que creamos constantemente. El calentamiento global es un
fenómeno natural que se viene dando desde los comienzos de la tierra, fue lo
que dio fin a la era del hielo y es lo que va a forzarnos como seres vivos a
evolucionar.
Hoy
en día la “gran noticia” son los hidrocarburos, el movimiento de capital, los
intercambios constantes de productos y servicios, y la generación de consumo;
en un futuro, la noticia va a ser la purificación del aire, los viajes
interestelares, nuevos inventos creadores de vida. Progreso en su forma más
pura.
Trascenderemos
por milenios, el hoy es tan solo una insignificante etapa.
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