lunes, 17 de noviembre de 2014

Conclusión de la alumna Bárbara Choquet

Vivimos en un mundo, donde las diferencias entre pobres y ricos se ven claramente, donde como aprendimos a lo largo del año, las grandes potencias tiene la mayor influencia en prácticamente cualquier aspecto (por ejemplo Estados Unidos tiene el poder de veto en la ONU) No somos totalmente soberanos porque estamos constantemente importando distintos elementos que nuestra industria básica no nos permite, y esto no lo podemos solucionar en una noche cerrando las aduanas y prohibiendo la importación de estos productos, así sean aparatos tecnológicos o medicamentos o incluso indumentaria.
Hablamos de la globalización, como los Medios de comunicación masiva nos permiten comunicarnos, hacer transferencias, etc de una punta del mundo a la otra  en un segundo. Pero esta conexión de algunos, deja afuera a otros. Aquellos que no se pueden adaptar a este sistema mundial quedan marginados, nosotros como país tenemos el lugar de exportador, pero siempre nos va a salir más caro venderles la materia prima y comprarles las manufacturas. Actualmente se venden muchos electrodomésticos con un sticker de “Industria Argentina- Hecho en Tierra del Fuego” donde en realidad se ensambla y no se produce. Pero hasta no poder desarrollar nuestras propias industrias para poder ser autosuficientes, vamos a continuar en desventaja.
Esto sin embargo nos llevará muchos años de inversión y mucho dinero, pero es posible si este dinero no se destina a fines privados ajenos al bien común, es decir a la corrupción. Además para poder salir de la pobreza debemos pensar en cómo aprovechamos las materias primas que tenemos, ¿cómo es posible que teniendo un territorio más extenso que varios países de Europa juntos, vivamos en la pobreza? Les vendemos tierras para que extranjeros las exploten por dos pesos, en lugar de cultivarlas nosotros. Una solución que propondría yo sería cultivar el suelo con por ejemplo papas, y tener una industria básica que las pele y las corte. De esta forma podríamos destinar el dinero que se le da a los desempleados como salario por su trabajo. Lamentablemente no hay muchas iniciativas de esta clase porque al gobierno no le conviene educar a la gente.
Mi conclusión es que la educación es una  herramienta que nos permite hacer un cambio para calmar las desigualdades. Esta herramienta no equivale a  los contenidos vistos durante el año en sí, si no el hecho de poder estar educados, que es en la actualidad un privilegio. Es por esto que no considero que mi conclusión deba agregar lo que fue incluido en la síntesis porque no sería original.
 Las desigualdades no se pueden solucionar empobreciendo  o quitándole a los ricos para que los pobres estén mejor, si no impulsando alternativas para que se pueda tener una mejor la calidad de vida de todos, dignamente.  Somos un país lleno de riquezas, que deben ser aprovechadas correctamente, y si pudiéramos utilizar el dinero para lo que debería estar verdaderamente destinado, podríamos llegar  a ser una potencia. Pero el cambio tiene que venir de todos, y no solo de los que están “mal”. Los que estamos “bien”, o los que tienen la posibilidad de irse del país, no quieren participar en un cambio, pero si nos vamos todos ¿qué quedará del país? Si todos pudiéramos acceder a una educación estatal de calidad, creo que estaríamos en condiciones de generar estos cambios para que las desigualdades no sean tan notorias, con un pensamiento crítico podríamos solucionar muchos de los problemas económicos y sociales.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario